Seamos águila



¿Sabías que un águila sabe cuándo una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?.
El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán. Cuando pega la tormenta, coloca sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.


El águila no se escapa de la tormenta, simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta. Cuando las tormentas de vida nos vienen -y todos nosotros vamos a pasar por ello-, podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe hacia Dios.


Las tormentas no tienen que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia, y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.


Recuerda, no son los pesos de la vida que nos lleva hacia abajo, sino el cómo los manejamos.
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
Isaías 40:31


¡Adelante!, sigue adelante sin renegar jamás por las vicisitudes del vivir. ¡Adelante!, sin lamentarte por la suerte que te tocó. Ten paciencia y continúa, ¡Ánimo!. Ante las pruebas del vivir desarrolla tu coraje, tu confianza y tu valor y mira hacia adelante, porque marchando es que lograrás el triunfo.


Conocer la escalera no es subir por ella, el ascenderla exige tu voluntad, exige tu fuerza, exige la seguridad y la confianza que cada escalón que se vence nos da. Por eso, pese a todo, tienes necesidad de ascender con el esfuerzo diario, con la convicción de que cada una de las vicisitudes que enfrentes están templando tu espíritu. El único equipaje que necesitas es el esfuerzo y la fuerza de la fe que te impulsará hacia delante. Tómate de la mano de Dios, que con Él todo se logra y estarás preparado para hacer lo mejor en el trabajo del diario vivir.


Todo se puede conquistar mediante el esfuerzo, mediante el trabajo y con clara conciencia de que Dios es tu fuerza, escuchando el mensaje de sus palabras y, asimilándolo en tu vida en todas las circunstancias que te toque actuar. No te confundas con la letra, con las doctrinas, con las religiones; no hay letra, doctrina ni religion más verdadera que la que Dios coloca en el interior de tu alma, llamada conciencia. Estúdiala a fondo, mírala en todos los aspectos que ella presente y abrázate fuertemente, porque navegando con ella llegarás a puerto seguro.


Se fuerte en medio de las tormentas, no esperes jamás que tu vida se deslice fácilmente sobre rieles. El triunfo se logra a través de sacudimientos penosos, de luchas constantes y del abrazo indisoluble de la fe. Si hoy estás triste por algún acontecimiento, relee una y mil veces estas palabras: "Levanta tus ojos a Mí en el cielo, y no te entristecerá el desprecio humano sobre la tierra."
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