miércoles, 4 de agosto de 2010

La Resurrección de Los Muertos

 

 Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6).

LA RESURRECCION DE LOS MUERTOS
(Por Kokul 'al Quetzalcóatl)

Un gran ciclo está a punto de terminar. Como todo ciclo, indica el fin y el principio de otro. Ha llegado el tiempo del RETORNO del hombre cosmos sobre la tierra.

La pasada cruz cósmica del 11 de julio de 2010, marcó los preparativos para la ascensión de las semillas estelares, en donde los eventos cósmicos se sincronizaron con el mundo interior. La gran cruz cósmica fue de grandes magnitudes ya que los viajeros que vienen en el retorno dentro de su recorrido por el Xibalbá (mundo interior), coincidieron en el punto central de la gran Cruz cósmica. Durante este periodo muchos guerreros de la luz presentaron síntomas como un fuego interno en la faringe que en el plano físico se manifestó como acides estomacal con reflujo de gases o malestar estomacal, que aparentemente no tenían razón de ser. En el macrocosmos, se alinearon los astros en la gran cruz para abrir el portal de ascensión; de tal manera que también en el macrocosmos hombre se estaba alineando nuestro árbol de la vida. Hacia el día 25 de Julio de 2010, El día que los mayas llamarón DIA FUERA DEL TIEMPO., todo estaba dispuesto para el gran salto hacia el vacio. Desde el centro de la cruz, los peregrinos decidimos realizar el gran salto cuántico. Este salto concluirá a partir del primero de Agosto en adelante en un proceso de ascensión a manera de RESURRECCION DE LOS MUERTOS, ya que el viajero viene emergiendo desde las entrañas de la tierra.

La resurrección de los muertos es un proceso de ascensión en el cual notarán que seguimos en el mismo planeta tierra. Con las mismas personas, las mismas cosas, el mismo ambiente que nos rodea. Sin embargo en este nuevo renacer, el cosmos en el que permanecimos en la separación del ser, ahora se vislumbrará desde la UNIDAD del ser. Es un nuevo ciclo en el cual hemos recorrido un largo trecho dentro del mundo interior (Rueda chica) para salir justo al centro de la gran cruz cósmica que conecta la vertical con la horizontal dentro de la rueda grande, donde ya no existe más la separación de las energías duales del ser.

Durante el retorno, el recorrido se realizó por el camino del CENTRO, entre la rueda chica y la rueda grande. En este tiempo se estuvieron llevando cambios muy importantes para poder concretizar los cuatro cuerpos existenciales del ser. Estos cuerpos forman parte de un cuerpo de luz que tiene movimiento propio conocido como LA SWASTICA. En realidad la swastica es un cuerpo inmenso de luz también llamado merkabah. Para las culturas náhuatl, este cuerpo de luz es conocido como el dios Tlahuizcalpantecuhtli (el que se hace casa a la luz), en donde la deidad ha integrado los cuatro cuerpos existenciales del ser y en su centro corazón se encuentra Venus del alba y Venus del atardecer. Durante el retorno la swastica, estaba girando en el sentido inverso a las agujas del reloj, a fin de llevarnos a un proceso de ascensión en donde se abriría el portal que conecta el mundo del centro directamente con la horizontal de la Rueda Grande, es decir con el macrocosmos, en donde ya no existe división ni separación entre la estrella del alba y del atardecer. Ambos luceros se transforman en un cuerpo radiante que de acuerdo a su giro puede abrir portales hacia adentro o hacia afuera del mundo interior. Esta cualidad adquirida es lo que hace al nuevo hombre, al hombre cosmos., siendo la swastica, el poder que abre el portal rompiendo la trampa cósmica (ombligo cósmico) que divide el plano horizontal, creando la ilusión de la dualidad dentro de la mente del hombre ordinario. Es importante mencionar que al abrirse el ombligo cósmico, del otro lado al centro de la cruz (rueda grande), muchos guerreros de la luz que aun no han llegado a la edad adulta, llamados nuevos niños, junto a otras semillas estelares del sexo femenino que ya son adultas y que no hicieron su recorrido por los nueve peldaños de oscuridad, decidieron esperar a los guerreros de la luz que venían en el retorno, para realizar el gran salto hacia el vacio. Así también una gran oleada de seres que aún no son semillas estelares pero que están en busca del regreso a casa están sincronizados en el centro de la rueda grande y la rueda chica para introducirse dentro del portal de Quetzalcóatl y poder concretar la semilla dorada (diamante) que finalmente los llevará a la ascensión, sin atravesar por los nueve peldaños de oscuridad dentro del Xibalbá. De esta manera seguirán por el camino del CENTRO hasta completar su proceso espiritual que consiste en integrar las energías duales del ser dentro de la semilla estelar, cumpliéndose la promesa dorada que forma parte del plan divino del gran águila dorada para regresar al padre.

Tlahuizcalpantecuhtli. Es el cuerpo de luz en donde el hijo (Quetzalcóatl) ha integrado a Venus del alba y del atardecer, siendo una sola estrella que alumbrará la mente del nuevo hombre sobre la tierra. Cierto es que ha llegado el final de los tiempos, en donde el séptimo principio cósmico universal, el de LA GENERACION, se está llevando a cabo en estos momentos. En La Generación, las semillas estelares han integrado las energías duales del ser, el femenino y el masculino en perfecto equilibrio. En este nuevo ciclo todo está dispuesto para que la semilla surja de las entrañas de la madre tierra en un nuevo árbol de la vida que se integrará al mundo REAL., bajo otra óptica, otra visión de lo sagrado, cuando poco a poco la luz disipe la sombra no habrá división entre el cielo y la tierra y la pequeña planta que aun está emergiendo, desarrolle y de sus primeros frutos. Estos son tiempos de júbilo, de gloria, de la germinación de la semilla dorada. Es el tiempo de la resurrección de los muertos.
Kokul ‘al


“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba y en el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón; sino de dios. Juan 1:4,9 -10,12

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